domingo, 4 de octubre de 2009

YO EVALUO... TU EVALUAS... EL EVALUO... ¿O NO?

Boletín AIEPBA año XI- Nº79. Bs. As junio 1999

¿Cómo se elabora el Plan de evaluación? En este espacio, sintetizamos los distintos aspectos que se consideran para su organización.

Comencemos diciendo que el “Plan de evaluación” debe estar contenido en el Proyecto educativo institucional. Y los criterios para su elaboración, estar en coherencia con los valores enunciados en el marco axiológico del mismo. La evaluación como todas las acciones de la escuela tiene en él su basamento -como ya dijimos en reiteradas oportunidades- y debe además, estar encuadrada en la normativa oficial que determina sus propios criterios, que a su vez surgen del Proyecto educativo provincial.
A modo de análisis, este plan puede abordárselo desde dos ópticas que a la vez se integran en un único proceso: la función educativa de la organización escolar.
Las perspectivas que permiten ahondar en la complejidad de dicho proceso son:
. Una mirada desde lo “macro”, haciendo referencia en este sentido, a la evaluación institucional. Este tipo de evaluación dirige su mirada a todas las dimensiones que configuran el campo institucional.
. La óptica que lleva a lo “micro” de cada dimensión del proyecto institucional, en el cual la “técnico-pedagógica” es una de ellas.

Dimensión técnico-pedagógica
En este recorte de la vida institucional, se tienen en cuenta los objetivos anuales formulados en cada uno de los niveles de enseñanza relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje, los proyectos programados para su logro, y el desarrollo de este proceso.
¿Cuáles son los “criterios” a considerar?
Reflexionar sobre los criterios a tener en cuenta en la elaboración del plan de evaluación significa considerar los distintos aspectos e instancias que configuran el proceso, explicitar la teoría que sustentará cada una de las acciones, y las variables que configurarán la práctica.
Como paso previo al desarrollo de estos criterios es ineludible definir “evaluación”. Este es el momento inicial de dicho plan: Se trata de enunciar la idea -concepto- de evaluación sostenida en la institución.
Ambos proyectos -el PEI de la escuela y el Proyecto educativo de la provincia- explicitan entre otros valores, una idea de hombre, una idea de hombre que aprende, una idea de docente, una idea de escuela, una idea de comunidad.
El concepto de evaluación, deberá ser coherente con estas ideas... Porque así “aprende el hombre”, “así son las estrategias didácticas” y “así se es evaluado y se evalúa”.
Esta definición permitirá el posterior abordaje y encuadre de esos aspectos que deben considerarse para su organización. Los mencionamos a continuación ordenados sólo con fines operativos, no implicando ninguna jerarquía dado que todos revisten igual importancia en la estructuración del plan.

En ellos se determina
* “Qué” será evaluado.
* “Quiénes” evalúan.
* “Quiénes” serán evaluados.
* “Cuando” evaluar.
* “Cómo” evaluar.
* “Con qué” evaluar.
* “Dónde” registrar la información.
* “Con qué” informar.

¿Los desarrollamos?
La siguiente explicitación y desarrollo de los diferentes criterios que deben considerarse en la organización del plan que nos ocupa, irá acompañada de interrogantes que sólo persiguen el fin de orientar el pensamiento. Si bien adherimos a teorías constructivas del aprendizaje -en el cual se incluye la evaluación como proceso perceptivo, con carácter permanente, con función de retroalimentación a partir de la interpretación no sólo del producto sino también del proceso que lleva a los mismos, en el cual la participación activa y responsable de todos los involucrados es absolutamente necesaria y pertinente-, no orientaremos en ese sentido, en la idea que cada institución se apoya en marcos axiológico-pedagógicos propios, realizando sus opciones.

* Determinar
“el qué” será evaluado.
Si lo que importa es sólo considerar “cuánto saben los alumnos”, el “QUE” estará sólo referido a productos. Si en cambio interesan los procesos que condujeron a los logros se deberán considerar producto y proceso.
Este es el momento en el que se formulan las expectativas de logro enunciadas por año, ya que en los documentos oficiales están redactadas en términos de conductas terminales de nivel, o de ciclo. Ellas... ¿Deben incluir, tanto lo cuantitativo (“Cuánto” se apropiaron los alumnos de los contenidos: producto) como así también lo cualitativo (“Cómo” se produjo el proceso de apropiación)?. Para ello se acuerdan pautas de promoción de un año a otro, haciendo uso del criterio de autonomía que se propone desde la “Ley Federal”, recordando que las expectativas de logro formuladas en los CBC remiten al logro de competencias mínimas a lograr. Por otra parte, estas expectativas explicitan contenidos expresados en forma global, lo que torna imprescindible adecuarlas al propio contexto socio cultural y sobre todo al respeto que merece la individualidad del alumnado.

* Se deberá incluir en el plan de evaluación
, “quiénes evalúan”
Significa pensar en los roles de los involucrados en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Como se manifestara anteriormente, acá también se observa la coherencia con la teoría del aprendizaje sostenida. ¿Es el maestro el que evalúa solamente? O por el contrario, se incluye al alumno y al grupo?. ¿Se considera al alumno un ser activamente responsable en el proceso de aprendizaje propio y ajeno? Si es así, ¿Esta actitud debe sostenerla en el momento de la evaluación? O... ¿Sólo repite conceptos cuyo dominio deberá demostrar? Estas reflexiones llevarán a establecer el papel que juegan las personas relacionadas con el aprendizaje en la escuela. ¿Sólo heteroevaluación o es posible la autoevaluación? Por otra parte, ¿Es relevante organizar espacios para dar cabida al resto de la comunidad, recoger sus aportes?

* También deberá considerarse “quiénes serán evaluados”.
Tradicionalmente el evaluador era el docente y el evaluado el alumno. En este momento -nuevamente la coherencia-, se deberá corresponder el concepto de evaluador con el concepto de aprendizaje y evaluación sostenido. ¿Reviste importancia interpretar las conductas de todos los actores incluidos en el proceso de aprendizaje? ¿Sólo es operativo revisar los avances producidos en los comportamientos de los alumnos? ¿Y el grupo? ¿Y el docente? ¿Cómo se dio el interjuego de las variables docente-grupo-alumno-contenido? ¿Estos datos son relevantes? ¿Es relevante para la institución y para el docente comprometido, conocer el desempeño profesional?

* Explicitar “el cuando”.
La evaluación ¿Es considerada una instancia final? O por el contrario ¿Un proceso permanente que forma parte a su vez del proceso de aprendizaje, y que tiene la función de retroalimentar este proceso?
En el plan de evaluación institucional deben figurar las instancias formales de evaluación. Deberán respetarse en este sentido, los criterios emanados de la normativa oficial. También haciendo uso de su autonomía, cada institución puede organizar y diseñar distintas instancias propias, que permitan además un entrecruzamiento de datos -interdisciplinario-, entre los docentes y alumnos involucrados.

* Determinar “el cómo”.
Sin dejar de respetar las alternativas que cada docente considere oportuno, el modo de evaluar debe estar contemplado en la línea pedagógica que la escuela asume en la propuesta didáctica. El “cómo” esta relacionado con los caminos elegidos para aprender y el significado que se le asigna a la evaluación en dicho proceso. Re preguntamos ...¿Es un momento desvinculado de todo el proceso de aprendizaje o se espera a terminar el tratamiento de un “tema” para comprobar los logros? ¿Importan logros individuales o tiene relevancia el aporte de los otros al proceso? ¿Entendemos que el aprendizaje sigue caminos rectos o sinuosos? ¿Qué lugar tiene el error? ¿Qué espacio le damos a los otros en el proceso de aprendizaje? Insistimos: debe apoyarse en los mismos criterios en los cuales se basa la apropiación de conocimientos.

* El “con qué”
Responde a la selección de instrumentos que se utilizarán, teniendo en cuenta que éstos no son útiles por sí mismos; sólo lo son, si son pertinentes a lo evaluado: producto o proceso. Este es el momento de pensar en la creatividad, recurriendo a variados recursos que sean oportunos a lo que se quiere evaluar.
En la manifestación de conductas ¿El ser humano actúa disociado? o ¿Hace, siente y piensa en un todo integrado, expresándose en diversas formas?
Estos instrumentos de evaluación... ¿Quién los diseña?... ¿El maestro? ¿El maestro con el grupo? ¿Tienen capacidad los alumnos para pensar las actividades de evaluación?

*La reflexión sobre los instrumentos para consignar la información obtenida, tiene que ver específicamente con las distintas alternativas del proceso de comunicación: en este lugar se diseñan los recursos técnicos que se utilizarán “hacia adentro”, es decir, que darán cuenta de los resultados de la evaluación para que pueda ser comprendido institucionalmente, por todos los profesionales que se acerquen a interpretar los datos consignados.

* Otra de las instancias en el plan que nos ocupa, tiene que ver también con el proceso de comunicación “hacia afuera”: Elegir los instrumentos y estrategias para informar a los padres de los resultados de la evaluación. ¿Alcanza con el “boletín” oficial? ¿Es suficiente la información que llega bimestralmente, trimestralmente? ¿Es importante generar espacios de encuentro? ¿Son útiles las “libretas diarias”?

A modo de cierre
Estos criterios tienen el sentido de dar coherencia institucional a todo lo realizado en la escuela. Surgen de un consenso y una vez establecido, deben ser respetados y conocidos por todos los involucrados hasta tanto surjan ajustes.
El equipo directivo debe estar atento a que se respeten y a dar la posibilidad a todos de intervenir para que no quede sólo en la letra del PEI.
En esta oportunidad, la respuesta la tiene cada institución.

Lic. Cristina Hemilse Masip
Prof. Normal y Especial en Ciencias de la Educación.
Asesora pedagógica institucional
E-mail: licmasip@hotmail.com

Bibliografía:
Material de apoyo para el directivo: “Documentos curriculares” Dirección General de Cultura y Educación de la Prov., de Bs. As. Argentina. 1996

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